sábado, 3 de octubre de 2015

18 SEGUNDOS. 💏

Y es que fueron unas ganas tan incontrolables de besarle, que me dejé llevar por ese impulso que corría por mis venas y dejé salir a flote poco a poco una respiración agitada, causada por un corazón que latía a mil por hora. Era algo más fuerte que yo misma, no lo podía controlar aunque quisiera, era algo innato.
Traté de verlo a los ojos fijamente, pero su mirada al chocar con la mía compenetraba en una reacción, quizá química, que no me permitía sostenerla por mucho tiempo y me obligaba a apartar mi mirada de la suya; sin embargo no podía dejar pasar ese momento tan perfecto, no podía dejar que se fuera sin haber puesto sus labios sobre los míos y sentir ese desborde de emociones que causa el simple hecho de besar a la persona indicada.
Él, tan frío como siempre, con esa falta de expresión corporal que me enloquecía; y yo estaba ahí, frente a él, tratando de adivinar su pensamiento, indagando en lo más profundo de su ser, queriendo saber sus sentimientos, pero todo esto era en vano, pues su cautivador misterio no me permitía ni siquiera adentrarme para saber lo que estaba pasando por su mente mientras me observaba fijamente.
Cada segundo siento que ese impulso se va adueñando de mí y quiero escapar, siento miedo que él se de cuenta lo que está pasando, que se entere, que note cómo las ganas de besarle se me salen hasta por los poros.  
Supongo que éstas mismas ganas son las que me llenaron de valentía para por fin sostenerle la mirada, acercarme a él poco a poco y sentir cómo sus labios chocan con los míos. ¡Mis piernas! tiemblan de la emoción, mi corazón estalla y en mi estómago hay una fiesta de mariposas revoloteando; ¡NO LO PUEDO CREER! Lo he besado y me ha correspondido.
Es una inexplicable sensación que no quiero que acabe nunca; es como si fuera mío y yo suya, como si estuviera dentro de él para por fin conocer todo, para desnudarle completamente y saber sus temores, sus sentimientos y emociones. 
& ahí estábamos, sólo él y yo perdidos en una sensación única e irrepetible y un sin fin de emociones que no basta explicarlo con palabras. Sus grandes y fuertes manos rodean mi cintura y yo rodeo su cuello, es algo mágico. 

Cómo quisiera alargar este momento para toda la vida y que el tiempo se detenga, pero los momentos más cortos son los que te dejan verdaderamente sin aliento.


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