Esta entrada será más personal, más abierta, más conversadora.
¡Esas tres palabras son tan repetitivas en mi mente! SOY UN DESASTRE, es verdad.
¿Es posible acaso que alguien se sienta a gusto aquí, en este caos, en mí?
Soy un completo desastre, más aún, soy la máxima expresión de la imperfección vuelta mujer; y no, no me gusta serlo. No pretendo ser lo que todos esperan pero tampoco seguir haciendo daño a los que suelen estar conmigo.
Sólo mírame, escúchame hablar y lee lo que escribo; presta mucha atención a mi persona, pues es que nadie en su sano juicio podría quererme a mí. Ni en su juicio, ni en la locura.
Aunque haya alguien que lo haga, es más, me ama y no sé cómo me soporta; me siento realmente un asco cada que hago sentir mal a esa persona que me ama; me siento un asco completo el sólo hecho de decir cosas que, a él no le gusten y darme cuenta que últimamente lo que digo o pienso son nada más y nada menos que grandes estupideces.
Es simple, justamente este contenido es lo que leyeron en el título; lo que quiero decir en este apartado de mi desastroso blog que tantos problemas me ha traído y que aún sigo alimentando con letras que me traerán más problemas, es que no me siento a gusto con la persona en que me he convertido; la pubertad apesta y me he vuelto una adolescente estúpida que sólo dice y piensa cosas que hacen daño a los demás y que de paso me vuelve mierda por dentro a mí también.
Quería escribir una entrada nueva sobre QUEDARME CALLADA, pero lo escribiré aquí, lo mezclaré con esta... Bueno, sencillamente mis palabras se han convertido en un cuchillo con filo, y yo soy ese tipo de "mago aprendiz" que los lanza a la loca hacia su voluntario.
Y eso me aterra ¿sabes?, me aterra, pues hay una persona fuera de aquí, que me tiene tanta paciencia que tengo miedo de que termine aburriéndose de lidiar a diario conmigo y con todo lo que implica estar con alguien como yo.
Aunque como dije una vez, lo gracioso del asunto es que, nadie se fija en las palabras que me dicen y me hacen sentir terrible, eso está bien ¿verdad?, no pasa nada cuando la herida eres tú, pero cuando te conviertes en la que hiere, aún sin quererlo, ya es un completo delito. Es que no crean que me gusta hacer daño, no lastimo a alguien deportivamente, pero a veces no puedo controlar lo que pienso o digo y simplemente sale, pensando tontamente que no le hará daño a alguien.
Debido a eso la solución sería quedarme callada... ¿ser un fantasma? convertirme en uno; no hacer ni relleno, que nadie note que estoy aquí, tal cual como fue mi infancia, nadie me notaba y estaba bien así.
Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario