No importa que algún día no me beses, que no sea yo quien te ayude a levantarte y te acaricie el cabello mientas peleas con el mundo. No importa si no seré yo quien te diga que te levantes, que eres importante. No importa si no esté contigo diciéndote que tus ojos saben como el mismísimo cielo, si acaso tuviera sabor. No importa si no voy a ser la persona con la que vuelvas a planear un futuro para ti; ni siquiera importa si se llega el día en que no me quieras en él...
No me importa si no fuiste o no serás, lo que ahora me importa es que eres. No te buscaba pero te encontré; aunque no era el momento, pude saber, eras tú a quien estaba para mí desde antes de nacer. Aprendí a ser fiel, me enseñó tu mirada, tus besos repentinos, tus abrazos, tu personalidad que calma, y por supuesto, tu forma de amarme por sobre todas las cosas.
Disculpa por el tiempo en que tardé para ser tuya, disculpa por el tiempo que me tomé para superar esta difícil etapa, pero por fin lo he logrado. Y ahora, me perdoné por haber hecho que una parte de su historia fuera gris y perdoné el daño que también me causó ella sin haberlo premeditado...Liberé mi culpa atada, y puedo decir que por fin soy libre de todo nudo que no me dejaba avanzar.
Gracias a ti, a tu paciencia y a tu amor, es que ya no hay pasado que valga en este presente.
Hoy me voy.
Me voy de este episodio sin voltear. Ya no se puede mirar hacia atrás. Hay que desprenderse para crecer. También hay que entender que lo que no fluye, simplemente no es.
No hay comentarios:
Publicar un comentario