miércoles, 25 de octubre de 2017

UNA CARTA DE DESPEDIDA. (Otra de tantas)

Solo... no te olvides de mí. Sé que todo tuvo que acabar, que el tiempo se acabó, que las oportunidades expiraron, que la realidad es que lo nuestro no era terminar juntos; lo nuestro era solo terminar. Ahora yo te pido que no te cuestiones, ni te culpes, yo ya no lo hago, hace tiempo que dejé de creerme culpable por no haber dicho tantas cosas. A final de cuentas, sé que fuimos una historia de aquellas que no se esfuman, ni se olvidan; ni con otros amores, ni en otros tiempos, ni en otra vida. Te pido que no me olvides, que no finjas que lo nuestro nunca existió. Sé que lo que pido es difícil, pero cumple ese deseo, no finjas que no pasó algo que marcó nuestras vidas para siempre. Ahora que ya no estamos, por que estás, y yo estoy, pero ya no estamos, ya no somos en plural; te pido que no olvides lo que alguna vez sentiste conmigo, al tenerme cerca, al mirarnos. No te pido que me extrañes (aunque qué más quisiera yo) porque probablemente ya no lo hagas; lo que sí te pido es que no olvides esos tiempos, nuestros tiempos.  Sé bien que ahora lo que digo ya no tiene mucho sentido, que esto parece más una carta de reencuentro extraño que una de despedida; pero es que en realidad no es ninguna, porque me he repetido una y mil veces que dejaré de escribirte, pero es que eso no pasa nunca. A pesar de todo, aún eres inspiración, lienzo, amuleto, cielito de abril.

Debí de hacer caso a mis instintos de alejarme de ti, pero mira que lo intenté, y cada vez que intentaba correr en dirección contraria a ti, te encontraba a mitad de camino sonriéndome, y nunca pude resistirme a ello. Ahora escribo esto, sabiendo que mis deseos ya no te importan más, y que formas una nueva historia en donde quiera que estés.  Pero tenía que hacerlo, tenía que escribirlo, a final de cuentas, siempre cabe la posibilidad de que por casualidad termines leyendo este texto y aunque no sepas que es para ti, tengo la esperanza en que algo sientas en tu pecho al leer estas líneas. Me despido de ti, hasta que el destino quiera volver a hacer de las suyas, o hasta que algo vuelva a unirnos; o hasta que vuelvas un día a cruzarte por enfrente... o qué sé yo, ojalá leas esto y pienses en mí, porque si lo lees algún día, cariño, sé que alguna fuerza extraña que se encarga de ayudar al destino hará que sientas algo y que no sepas qué sea... y que eso que sientas sea yo. A lo lejos, sabiendo que estas letras han llegado a quien debían llegar.

Pd: Te extraño. Te extrañaré.








No hay comentarios:

Publicar un comentario