Lunes, 29 de Enero de 2018
Día 275.
5:46 pm
No quiero olvidarme de ti. Lo supe cuando dejé de recordarte, cuando dejé de pensar en lo mucho que me hiciste feliz. Después de olvidarte aprendí que prefiero perdonar y mantenerte en mis recuerdos. Nos perdono a ambos. Fuimos tontos y nos dañamos con las palabras que nos dijimos, con las que faltaron y con las acciones equivocadas por parte de los dos. Te quiero. Voy a echar de menos una parte de ti, pero es esa la que voy a recordar siempre.
Me olvido de tu personalidad temporal, de los malos entendidos, de tu transformación. Eres humano y sé que ésto te servirá como lección. Tal vez no era yo, el amor de tu vida. Tal vez sí, y estaremos distantes porque no supiste respetarme y yo tampoco lo hice. Te aguanté infidelidades por miedo a perderte, y así, nos perdimos mutuamente. No quiero que nuestra historia esté llena de maldiciones, y yo que maldecía en ocasiones sin sentido, hasta que por ti aprendí el verdadero significado de maldecir, pues lo hice contigo de tanto rencor. Me parece cobarde querer llamar al olvido pero fue un proceso, más que una lección. Un proceso en el que en este punto, quiero conservar lo lindo de nuestra historia y también recordar los inconvenientes y nuestras cicatrices. Contigo, aunque no lo creas, aprendí a querer y no se trata de lo que siento por ti, se trata de lo que siento por mi ser, por mi alma, por mis voces internas y por las personas.
Confieso que me ayudaste a crecer, a evolucionar y a encontrarme con aspectos negativos y positivos que me servirán para siempre. ¿Ves? ¡De alguna forma estaremos juntos para toda la vida! Espero, de corazón, que no tomes a mal esta historia que tienes entre tus dedos. Espero -y quiero creerlo- que aprendiste que no se juega con los sentimientos de alguien que realmente lo apostaría todo por ti, porque ya ves, a veces nuestras decisiones nos marcan eternamente y no podemos arreglarlo con un ramo de flores o implorando una segunda oportunidad. Bueno, de hecho, te di como cinco oportunidades y en cada ocasión me fallaste <<ese es tu aprendizaje>>.
La vida no se termina porque no quieras regresar conmigo y porque volverás a querer a otra persona, sabrás tratarla y nunca te aprovecharás de tu condición de hombre. Lo sé, te conozco y sé que cambiaste, que tuviste que tocar el subsuelo y perder lo que creíste que nunca se marcharía, para valorar y volver a ser el mismo, del que me enamoré.
Ésta historia estuvo llena de tristezas y de alegría. De aprendizaje mutuo y como dije antes, de cicatrices que no se borran con el tiempo, sino que convivirán con nosotros siempre, recordándonos aquellas cosas que no debemos repetir. Hice ésto porque, hay muchas personas ahí afuera que piensan que el amor es eso, reconciliarse después de clavarse miles de cuchilladas con intención, humillarse y perder toda dignidad porque no se sienten capaces de decir adiós.
Ésta es la prueba final para mi lección del olvido y ya ves, me da igual reprobar. Me quedo contigo, con nosotros, con nuestros recuerdos juntos y con el aprendizaje.
Te deseo una bonita vida, y sé que será así.
Con cariño,
Elizabeth Gaviria Cruz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario